jueves, 2 de febrero de 2012

La jugada que le intentan hacer a la educación en España


En este post voy a intentar explicaros cuál es la jugada que se le está planteando a la educación en España en los tiempos en que vivimos. También es una carta abierta a mi "yo del futuro" que con suerte la estará releyendo dentro de unos años.

Algunos podrían calificar esta jugada de conspiración, pues así se llama cuando ante un sistema que se ha construido durante años con el esfuerzo de muchos se intenta destruir lo edificado para imponer la opinión de unos pocos. Añadiría que lo están intentando de forma subrepticia.

Vaya por delante que todos los sectores mediáticos que están involucrados en este ataque son partes implicadas. Muchos colegios y universidades privados están dirigidos por instituciones ultrarreligiosas oscuras y malintencionadas en sus planteamientos, y que ya de por sí dan miedo. Siguen su filosofía cierto, pero a los demás nos intentan imponer su moral que no tiene por qué coincidir con la nuestra. Luego se llenan la boca con la palabra "libertad". ¿Qué sabrán ellos de libertad?

Yo no digo que haya que eliminar la educación privada. Los extremismos son para los políticos. La gente de la calle somos más razonables y no pedimos cambiar las cosas si no tiene sentido cambiarlas. Yo mismo estudié en un instituto privado y me siento orgulloso. Intenté aprovechar al máximo esos años y aprender de mis maestros lo más que pude.

Hay otros ejemplos de extremismo ahora en la actualidad, como la reforma de la ley del aborto. Lo fueron tanto con el gobierno anterior como lo serán con este. ¿No será mejor intentar hacer una ley razonable para la mayor parte de la gente y luego dejar que cada uno elija hacer lo que quiera en base a sus convicciones?

La libertad de elección siempre ha sido una ventaja y que los padres puedan llevar a sus hijos al colegio o instituto que deseen creo que es un derecho que deberíamos tener todos. Cuando sus hijos crecen, éstos a su vez deberían poder elegir también hacer una educación universitaria o entrar en el mercado laboral. Ahora mismo tienen la opción de hacerlo casi independientemente del nivel de ingresos, pero eso puede cambiar.

Muchos de los voceros de estas opiniones radicales campan a sus anchas en algunos medios de comunicación (que no quiero mencionar). Apostaría a que han estudiado toda su vida en la educación privada. Habrá casos y casos claro. Pero no sólo no han probado el sistema público (que tiene sus defectos indudablemente) sino que están dispuestos a eliminar cualquier resto de educación pública que pueda existir.

¿Y eso por qué?, os preguntaréis. ¿A qué se debe tanto odio? Muy sencillo: las élites sólo se pueden mantener si están formadas por unos pocos miembros. ¿A quién le interesa que toda la población esté cultivada y pueda opinar? Es mejor que las élites nos dirijan. Los demás somos demasiado ignorantes para opinar sobre temas como la economía.

Luego se nos plantea la cuestión de: ¿a quién queremos parecernos realmente? Tradicionalmente en España los modelos de educación a los que hemos aspirado siempre han sido europeos. En concreto, el modelo Francés y el de los países escadinavos. En Francia también hay educación privada y coexiste con una educación pública de calidad. Finlandia es uno de los países escandinavos más ricos y con una educación básica y universitaria universal (gratuíta y pública) de las mejores del mundo.

El modelo que nos están intentando imponer desde ciertos sectores es el norteamericano. La justificación de esto es que Estados Unidos es el país más poderoso del mundo. Las instituciones más prestigiosas (Stanford, Hardvard, MIT, etc) están allí.

Sin embargo no todos los modelos funcionan igual de bien en todos los sitios. Es bien sabido que en EEUU estudiar es un privilegio, ya que las universidades con más prestigio internacional son la mayoría privadas y americanas o británicas. Y con China, ¿qué pasa? El modelo allí es diferente y requeriría libros enteros para explicarlo (y a alguien más inteligente que yo para comprenderlo de forma completa).

Incluso después de acabados los estudios, los alumnos tienen que seguir pagando la carrera porque han contraído deudas. Es más para entrar en ciertas universidades tienes que haber acumulado un cierto historial: haber ido de pequeño a alguna de las mejores guarderías, ir luego a los mejores colegios, ... hasta poder entrar en la mejor universidad.

Es decir, el modelo norteamericano reduciría la población que puede estudiar hasta nivel universitario con respecto a lo que tenemos ahora. Es cierto también que muchas universidades tienen sistemas de becas. Pero no dependen del estado, más bien dependen de la situación y buena voluntad de las universidades y en épocas de crisis sin duda se resienten. ¿Es lo que queremos? La educación obligatoria hasta 2º de bachillerato retrasa la entrada en el mercado laboral a mucha gente que no quiere seguir estudiando. Hasta en el modelo antiguo, en 8º de la E.G.B. ya se veía que había alumnos que no optarían por el instituto o la F.P.

La universidad privada en España no tiene ni mucho menos el prestigio que tiene en otros países. En Madrid hay un puñado de universidades privadas de prestigio, que se podrían contar con los dedos de una mano. Sobre el número total de universidades privadas son pocas. Pero en estos tiempos que corren les ha dado tiempo a quejarse por la falta de financiación estatal. Lo comparan con Estados Unidos. Habría que recordarles que la mayor parte de la financiación de las universidades privadas americanas viene por donaciones.

Además, ¿acaso han dado pruebas de ser solventes en el negocio (como ellos lo llaman) de la educación? Si no pueden convencer a los alumnos para que se matriculen, ¿por qué debe financiar el estado a esas universidades insolventes? No es empresarialmente muy razonable, hablando en su lenguaje. El modelo que ha buscado la mayoría no ha sido la excelencia de sus alumnos precisamente. Más bien la facilidad de la obtención del título. No es algo que me invente yo ahora, es la opinión general de la población a día de hoy y que forma parte de la marca que venden a la sociedad. En vez de querer diferenciarse por la calidad de sus profesores y de sus clases, se quieren diferenciar por la facilidad de aprobar una carrera.

Volvamos a la educación pública. La imagen que se quiere transmitir desde ciertos medios es que los funcionarios de la educación (educación media antes y universitaria ahora) nos quejamos por el aumento de las horas y la reducción de moscosos. Es conveniente y pone al resto de la población en nuestra contra. De hecho, la campaña para conseguir esto al menos en Madrid empezó hace meses.

Pero en relación a esto, nada más lejos de la realidad. Las horas y los moscosos sólo son parte de lo que reclamamos. Nos quejamos sobre todo por la modificación de la legislación con respecto a las bajas laborales. Son derechos que nos ha costado mucho conseguir y que nos quitarán (o no) ahora al sector público. Pero que nadie lo dude: el siguiente que caiga será el sector privado.

He dicho antes que puede que no nos quiten el 60% del sueldo desde el 4º al 20º día de baja por motivos de salud dejándolo sólo en el 40% estipulado por la Seguridad Social. En todo convenio se complementa esta cantidad hasta cierto porcentaje. Como digo, puede que no nos lo quiten porque este es el kid de la cuestión.

En toda negociación empiezas siempre diciendo que vas a recortar mucho más de lo que pretendes recortar. Luego pasado el tiempo puede ocurrir o bien que la gente no se queje o que sí lo haga. Si no se queja, bien, lo que has planteado al principio lo llevas a cabo, recortas todo lo que has dicho e incluso te planteas recortar más. Total, si no se han quejado querrá decir que te has quedado corto, ¿no? Si se quejan siempre tienes un as en la manga: les concedes esas cosas que les querías quitar y habías metido inicialmente como "farol".

En nuestro caso nuestro el farol son las bajas laborales. Dentro de unos meses nos imaginamos que en ese punto algo nos concederán para calmarnos. ¿Y lo otro? Ya casi lo damos por perdido.

Estamos luchando frente a un enemigo superior, tanto en poder como en inteligencia. Los que dirigen las protestas de los trabajadores no son estrategas. Utilizan las fórmulas de siempre. Un estratega no hace siempre los mismos movimientos ya que el enemigo estará preparado para contrarrestarlos.

El problema es que estos derechos que nos quitan se irán para siempre. Recuperarlos nos costará años. Es indudable que ahora hay que hacer sacrificios y el sector público está dispuesto a ello. Pero no podemos confiar en que nos devuelvan esos derechos, tenemos que asumir que ya no volverán.

Yo de futuro: con suerte estés leyendo estas palabras mal expresadas en un blog. ¿Cómo estás ahora? ¿Mejor o peor que en 2012? Y la gente que realmente mueve el mundo, ¿cómo está? Me aventuro a decir que mejor. No puede ser de otra forma.

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